viernes, 24 de diciembre de 2010

Navidad en África…

Con esta, serán tres las Navidades que paso geográficamente lejos de mi familia… la primera fue en 2005 y la pasé en el asilo de ancianos de Chínipas, Chihuahua (en la gloriosa Sierra Tarahumara) donde compartí con 17 viejitos el silencio, el cansancio, los dolores de la vejez y la enfermedad, y la segunda infancia… esa que llega con los últimos años de vida, esa que trae necedad, malos olores y humores, esa que me enseñó tanto y simplemente le dio un giro completo a mi Vida.

La segunda fue creo 2006 o 2007… en el sur. En aquél viaje maravilloso que hicimos Ana y yo. Saboreamos en sur; Chiapas, Veracruz… Navidad fue en San Cristóbal de las Casas, cenamos taquitos de pastor con dos niñas indígenas Chamulas, que para entonces ya eran nuestras amigas y cómplices en aquella aventura. Recuerdo perfecto que ellas pidieron jugo de naranja para acompañar sus tacos… y al final de la cena, nos regalaron una pulserita de las que vendían. Con ellas compartimos la risa, la alegría, la vergüenza y la curiosidad… las preguntas de adolescentes y la simplicidad de la vida indígena… la cultura y la dignidad.

Así la tercera será aquí; Inhambane, Mozambique. El plan es estar. Tendremos una mini cenita húngaro/brasileña/mexicana, donde los tres (Isabela, Barna y yo) estaremos. Ya busqué unas ramas de pino africano para hacerla de arbolito, ya desempolvamos recetas… eso para Nochebuena. Pero el plan del 25 es aún más lindo: estaremos con 32 niños huérfanos en la playa de Tofo durante todo el día. Ya organizamos para aprovechar el momento (y la nostalgia de que la campaña ya terminó) y hacer una edición más de nuestra Campaña de Higiene con ellos. Algo así como la ‘gira del adió’ jeje. Ya está listo el material y las ganas no se diga… así pues creo que con ellos compartiremos la realidad mozambicana, con algunos la tristeza y el dolor del VIH/SIDA, con otros la rebeldía de adolecer, con TODOS las maravillosas SONRISAS africanas.

La verdad es que no me puedo quejar. Claro que extraño a mi familia y mucho. Claro que ya me anda por ver a todos, por respirar aire mexicano, por abrazar… Pero esta vez decidí así y aunque es la vez que más lejos estoy de casa… esta vez me siento más cerca que nunca.

Les deseo una Navidad simple, sin mucho ruido de conflictos, desentendidos o tristezas. Una Navidad tranquila, donde abracen a los que están cerca… y ya. Donde por unos segundos cierren los ojos y vean pasar otro Año maravillosos, lleno de crecimiento, lleno de Vida… Donde se detengan y le den GRACIAS al Patrón por lo afortunados que nos ha hecho.

Un beso enorme, un abrazo apretado y muchas sonrisas para este último empujón del Año, que se despide… y más sonrisas para la bienvenida al siguiente, que seguro viene completo y extraordinario.

Mucha Paz.

Sigo aquí…

Han pasado casi 10 meses en África, un año desde que abracé a mi familia, muchos meses desde que mi casa quedó atrás y con un suspiro comencé este vuelo.

África. Madre, dolor y realidad. Tristeza, melancolía, caminar lento, callado, único. África, Mozambique, un mundo otro, lleno de tanto que embriaga, tanto que marea, que exprime, que exige y que regala. Han pasado muchas cosas, muchas personas, muchos dolores… muchos. Muchas alegrías, muchas tristezas, mucha paz y mucha inquietud. Ha pasado mucho tiempo, muchas sonrisas y todas las lágrimas, ha pasado tanto… y sigo aquí. Todavía sigo. Ya entregué mi corazón, mi paz, mi amor todo, mi poco entendimiento… ya regalé mis brazos y mis pasos, mis piernas, mis oídos, mi barriga, mis manos… ya derroché respirares y sudor y energía y deseos… Ya dejé mi morral, mi repertorio, mis recuerdos, mi color. Ya dejé… y sigo aquí.

Aquí sigo. Ahora sentada en el mismo lugar que hace 10 meses, en el mismo lugar viendo a donde mismo… pero viendo diferente. Ahora caminando más despacio, desentendiendo menos, abrazando más, amando y amando… Ahora con sentires otros, con menos prejuicios y más silencios, con menos apegos y más preguntas, con la misma sonrisa… pero más real.

Aquí estoy de frente al continente africano, en esta península minúscula, saboreando el olor a sal que los vientos del Indico me ofrecen. Canto de garzas, barcos zarpando, oleaje discreto que solo refleja el Sol… Este Sol que me ha llevado, me ha tumbado, me ha ganado, me ha quemado. Este sol imparable que me ha hecho valorar la sombra. Y aquí sigo. Frente a una puerta que está por abrirse, dejando atrás un camino largo, difícil, arduo, maravilloso… un camino casi imposible de dejar… pues me ha hecho de nuevo, me ha esculpido a su manera, me ha dado forma, carácter, paz, sonrisas, me ha dado mucho dolor… mucho. Me ha abierto los ojos brutalmente y me ha acariciado como nunca nadie lo había hecho. Me ha mostrado la muerte, sola, triste, real, injusta, callada… Me ha mostrado la Vida, plena, simple, real también, alegre, tranquila… Un camino que me ha edificado, me ha confrontado, me ha dejado callada, me ha hecho comer mis propias palabras, me ha desgarrado. Me ha enfrentado a la soledad… me ha bendecido con compañía, me ha besado, me ha tocado… un camino Maestro que me ha dado Libertad, que me ha calmado, que me ha mostrado más al ser humano, que me ha quebrado en mil pedazos; un camino que se bifurca y se junta de nuevo, que sube montañas y entra en pantanos y sufre de noche y teme… Un camino único, extra-ordinario, hecho por y para mí; caminado con mis pies descalzos en medio del monte, en aguas saladas, en fangos vivos, en piedras filosas, en arena caliente. Y un camino caminado por muchos, con muchas manos, con muchos pies, con todas las sonrisas, con bendiciones, con lluvia y brisa fresca; con Amor.

Sigo aquí en el África caliente. Es diciembre, se acerca Navidad, se acerca el inicio del fin de este capítulo… y sigo aquí. Respirando profundo, derramando lágrimas, sintiendo nostalgia…del ayer, del hoy, de mañana… Sigo aquí VIVA, buscando, descansando, cosechando aquello que germinó, aquello que dio fruto en mi corazón, regando lo que todavía crece, sembrando paz, calma, nuevos colores… y arrancando sin compasión la hierba mala, las espinas, las plagas… Sigo cultivando…

Sigo aquí con mi madre negra, viviendo el Aquí y el Ahora. Creando consciencia de que se acerca el siguiente vuelo, tal vez el más difícil, el más incierto.

Aquí sigo, y desde aquí les envío todos mis colores, todos los sentires y los vuelcos de mi barriga, que el día de hoy caen en mis manos como una lluvia de estrellas, les mando mi bienestar, mis respiros de océano y arena, mi calor de playa y mis mejores deseos para estas fiestas. Qué estén felices, que disfruten con alegría y simpleza las cosas que realmente importan en la vida.

Sonrisas africanas.

martes, 7 de diciembre de 2010

Silencio de estrés....

Luego de mi silencio de estrés, de correr, de frustraciones, de intensidades… me dispongo a ponerlos al tanto de lo que mi corazón ahora anda gritando… de los pasos que mis latidos dan… de las sorpresas que se ha llevado mi barriga con tanto vuelco… del MOVIMIENTO!

Pues como se habrán dado cuenta ya después de lo que he logrado compartir en estos meses, la Campaña de Higiene, fue un gran reto para mí. Claro que la disfruté muchísimo, y confieso extrañarla harto, pero fue una reverenda friega. Como todo trabajo o esfuerzo se llega a convertir en cotidiano, así los últimos meses ya era en automático, ya hacía las compras en la mitad del tiempo, ya manejaba por completo el asunto… Y acepto que cuando llegaba a aquellas escuelitas debajo de un árbol, o con un techito sin paredes… con aquellas sonrisas, con todas las miradas de inocencia (y algunas de miedo!!)… todo tomaba sentido. Terminarla fue bueno, me ha dado mucha seguridad y muchísima satisfacción, mucho agradecimiento llega a mi corazón por haber recibido tanto apoyo de tantísima gente que CREE. Mucha alegría de recordar a esas boquitas lavándose los dientes, algunas con problemas serios de Gingivitis ya con 3 añitos, recordar esas manos sucias que sacaban espuma negra y que luego presumían entre ellos… y luego esas miradas… las miradas de los niños mozambicanos… Uff..! Una maravilla! En fin…

Y como también se habrán dado cuenta, en mi historia de Inhambane, los Grupos de Soporte son mi nuevo latir… y digo nuevo sólo en sentido figurado, pues comencé con ellos casi junto con la Campaña… Digo nuevo y me refiero a que HOY son mi prioridad, mi ritmo, mi compromiso, mi familia. Estando cerca de ellos he aprendido muchísimo… no sólo de lo que es vivir con VIH, sino de la Vida, del ser humano, de la fuerza que podemos llegar a tener, de lo difícil que es luchar contra corriente, de la realidad mozambicana que me sigue dejando sin palabras, con nudos en la garganta, con preguntas y a veces sin respuestas.

Ya mencioné antes que se aproximaba el Día Internacional de lucha contra el SIDA… y esto para mí se tornó el tema de día y noche, la lucha constante no sólo contra el SIDA como contra mil y un obstáculos, dolores, frustraciones, tragos amargos y conflictos… lucha contra la injusticia, contra el desinterés, contra los juicios, contra la discriminación, la pobreza… ay… una lucha que quisiera que se convirtiese en algo menos violento para mi corazón.

Mi corazón que ya ha reclamado seriamente la intensidad y que hoy pide descanso. Y la verdad es que si algo he aprendido o reaprendido en estos lares, es intentar escuchar MÁS a mi corazón. Así que ay con su con permiso, me dispongo a descansar. Descansar mi cabecita, mi barriga, mi corazón. Descansar mis pies y mis manos. Parar por un poco y estar… pues estos nueve meses en Mozambique han sido extraordinarios y AGOTADORES. Me siento cansada; algo así como el dia que corrí el maratón… un cansancio de satisfacción, de alegría, de esfuerzo…

Los eventos del 1º de Diciembre fueron todos exitosos. Trabajo en conjunto, unión de esfuerzos… al final del día, eso es lo que vale. Más allá de los pleitos, de las luchas, de las discusiones, de las frustraciones… al final del día, siempre hay un corazón que siente COMPASION y que une sus latires con los míos, y otro y otro más… es maravilloso encontrar ángeles en el camino, que en medio de la confusión y la mierda, te hacen sentir en casa y te recuerdan que no estás sólo y que vale la pena andar a pié.

Luego comparto con detalle los eventos de la semana Positiva. Por ahora, les mando un suspiro con los Vientos del Índico. Les mando una sonrisa desde mi camita, descansando y pensando ya en empacar mi corazón para el regreso…
Paz a todos.