lunes, 29 de marzo de 2010

Bajo un CAJUEIRO...


Ahora el sistema de escribir ha tenido que cambiar un poco. Es bueno cambiar, hemos de adaptarnos despacito… total, cuál prisa ¿no?

Ahora llevo mi cuadernito de Mickey que conseguí en una tienda de chinos; así si el momento se acomoda, me pongo a relatar un poco –como ahora-, y cuando logre dar con internet, lo subo al blog.

Me encuentro sentada bajo uno de tantos cajueiros (anacardo en español… aquél árbol que da caju una fruta sabrosa que de rabo tiene lo que después de un proceso de secado y tostado, serán las sabrosas castañas –o nueces en forma de cuernito…). Estoy en una comunidad llamada Guiúa, sola…

Resulta que venía con unos de los líderes de área (mi colega del proyecto) en moto a visitar unas comunidades y de pronto se paró frente a este árbol diciendo… “pineo, pineo…”: se nos ponchó una llanta. “Estábamos tan cerca” me dijo…

Así que quitamos la llanta, pusimos una piedra bajo la moto y me dio instrucciones precisas: “usted se queda aquí… yo voy a arreglar la llanta y vuelvo. Esperó a la próxima chapa, intercambiamos teléfonos y se fue.

Por eso me dispuse –por primera vez- con calma a escribir y relatar la aventura de hoy.

Mientras espero: he visto pasar mujeres cargadas de kilos de leña en la cabeza, que amablemente preguntan si estoy bien. Familias que van rumbo a la ciudad, carros repletos de turistas rumbo al safari… y una abuela divina, que frente a mí recibió a su nietecita en la espalda (bien amarrada con la capulana), pues su mami tenía que ir a trabajar…

Pasan también las famosas chapas, repletas de gente. Hay algunas en las que lo único que se asoma son traseros de hombres y mujeres que no alcanzaron lugar… pero de todas formas tienen que ir. Así que se agarran de donde pueden, y semi-parados embarrados unos con otros, llegan a su destino. (Me detengo a contarles que además de mi bici, mi medio de transporte es también la chapa… y ya me tocó ir así… varias veces…)

Después de hora y media de espera… ubiqué preguntando (en mi Portugués que mejora y mi Guitonga (la primera lengua de las personas de esta región) que comienza; una tiendita. Ya me andaba de hambre, así que agarré los cascos, y la mochila de mi colega, es decir lo fácilmente robable… y me encaminé. No era muy lejos, todavía alcanzaba a ver la moto… cuando llegué: descubrí que ya no era tienda hacía mucho… así que acalorada y con la misma hambre, regresé a este árbol a continuar mi pleito con las moscas entrometidas y los mosquitos astutos… y esperar.

Esperar en Mozambique tiene un sentido único. La gente espera. Poco a poco descubro sus capacidades: esperar… es el pan de cada día. Esperan horas en el hospital para hacerse la prueba de la Malaria; horas para esperar el resultado; horas para la consulta; horas para esperar la chapa… horas ya en la chapa para llegar a sus destinos... Esperan.

Es un ritmo humano, no del tiempo; la prisa no existe… y ese es uno de los primero encontronazos que me he dado.

Luego de poco más de dos horas llegaron otros dos colegas en otra moto, y una me convidó unas galletitas de coco rete buenas que calmaron la tripa. Más tarde regresó mi compañero, arreglamos la moto y agarramos camino.

Fue un día de trabajo magnífico. Tuvimos una plática con mujeres y hombres de las comunidades en las que él trabaja. Son los representantes de los grupos de familias (GAL= Grupos de Acción Local. Con cada grupo se hacen actividades y se tiene mejor alcance hacia las familias… cada grupo es de 25 a 30 familias, y tiene un representante de cada una. Ahí tienen comités de huérfanos, de saneamiento, de educación, agricultura, etc… Cada Líder de Área tiene alrededor de 40 GALs… son 6 áreas… así que si los números no mienten, llegamos a 6,000 familias, aproximadamente)

La plática fue sobre los huérfanos y niños vulnerables. Yo hice migas con las señoras y me enseñaron algunas cosas en Guitonga… pues solo un par (de 35) hablaba portugués. Reímos, chismeamos… me pusieron capulana como ellas y planeamos nuestro próximo encuentro… me dejaron tarea en Guitonga, y yo a ellas en Español e Inglés (los números del 1 al 10). Fue un encuentro lleno de sonrisas y mucha Vida… al final del día… la espera tomó sentido… ¡valió la pena!

Un abrazo de esperas… que si bien desesperan todavía… poco a poco me van mostrando una nueva realidad. Una realidad donde lo importante dejó de serlo… donde el tiempo no figura, y donde río mucho…

¡Paz para todos!

miércoles, 24 de marzo de 2010

Paso rápido...

Sólo quiero decir GRACIAS a todos por sus palabras y su apoyo. Agradezco la bendición de poder compartir con ustedes el privilegio de estar aquí. Estoy feliz, los dolores son de Vida, las alegrías son de Vida... estoy Viva y contenta. Llena de fuerzas para seguir y descubrir poco a poco eso que puedo ser y hacer para poner mi granito de arena.

Un abrazo fuerte a todos de corazón.

¡ESTAMOS JUNTOS!

martes, 23 de marzo de 2010

Llegando y doliendo poco a poco…

22 de marzo de 2010

Mañana cumplo tres semanas de haber llegado a mi nueva casa: Chamane, Inhambane… y quiero que sepan que apenas empiezo a vislumbrar un poco de la realidad aquí. Creo que mi silencio les habrá contado ya sobre mi asombro, mi respeto y mi cuidado al llegar a tierra sagrada.
Hoy en especial quiero escribir porque simplemente no consigo dormir de TANTO. Hoy fue un día intenso. Les escribo desde mi corazón removido, desde mis entrañas paralizadas, desde mi panza enferma de TANTO…
Hoy conocí gente increíble… hoy me topé de frente con muchas situaciones, que me mandaron en seco a una realidad cruda y dolorosa. Hoy vi un poco de África… y temblé.
No son ya los caminos de arena, las casas de carrizo y palma, sin luz ni agua potable, los niños descalzos, las moscas incesantes, los vecinos con Malaria, los robos cotidianos, el calor y el Sol abrasador… no es eso lo que hoy me golpeó.
Hoy toqué una cultura que se niega a aceptar a la mujer como ser humano. Que le arranca la dignidad y la aplasta. Que se burla de ella, la maltrata, la hace culpable, la explota.
Hoy comí con una familia con nombres y caras, destrozada por el VIH, con unos abuelos enfermos cuidando de los nietos huérfanos…
Hoy conocí 12 mujeres que no saben escribir su nombre, todas con más de cinco hijos, algunas más jóvenes que yo.
Hoy escuché un testimonio de una joven africana que está cansada de la poligamia, y que afirma que no hay salida…
Hoy descubrí que el hambre mata, transforma, enferma…
Hoy me pregunté por horas qué hacer con los cientos de huérfanos que hay en las comunidades que visito, cómo hacer para que no los exploten, cómo hacer para ayudar...

Hoy no pongo muchos detalles, creo que no son necesarios. África me empieza a doler; y si bien es bueno compartir la esperanza y las alegrías… por qué no también los dolores.

Un abrazo conmovido, en medio de la frustración y el dolor… y con certeza de que es desde ahí donde salen los impulsos para seguir caminando.

Estamos juntos…

20 de marzo de 2010

Una frase que desde que llegué me ha cautivado. Así es como se despiden los hombres y mujeres de acá… después de saludarte con un cariño indescriptible… y desearte puro bien. “Estamos juntos…” con qué naturalidad lo dicen; con qué simplicidad. Yo vengo desde tierras muy lejanas… vengo de un mundo complicado que no se compromete mucho, que vive al margen… al margen de TODO. Al margen del tiempo, al margen de la libertad, al margen de la felicidad y de la infelicidad… al margen. Aquí de una vez, en el momento de conocerme me dicen con certeza: ESTAMOS JUNTOS… y les creo.

Aquí se vive al margen pero del hambre… sin embargo se comparte todo. Se vive al margen de la Vida misma, luchando contra Malaria, VIH/SIDA, sed, diarrea… se vive al filo y se vive feliz. Se vive al margen de una discriminación atroz… que todos los días acaba con mujeres y niños. Se vive con muy poco, se sobrevive… y aún así: Estamos Juntos.

En este par de semanas en Mozambique he recibido mucho bien. He conocido gente maravillosa, que sin más complicación, me dice que ay vamos, estamos juntos…

Que pueda aprender en este tiempo la simplicidad del día a día… del HOY. Pues aquí la realidad es esa, y pensar en el futuro es un lujo… que logre ‘des-complicarme’ y vivir al día… con la capacidad de ver hacia fuera de mí… y asegurar al otro que ESTAMOS JUNTOS… pues solos no llegamos ni a la esquina.

Un abrazo cálido a todos desde la península de Inhambane… y con la certeza de que en este andar a pie… ESTAMOS JUNTOS.

La llegada…

19 de marzo de 2010

Por dónde empezar..!? Creo que lo justo es describir un poco mi llegada; luego de ahí vemos…
Llegué a África pisando primero y por un par de horas tierra Keniana… sólo estuve en el aeropuerto de Nairobi para cambiar de avión… pero aquello ya era una nueva experiencia…! Me encantó. La llegada a Maputo (capital de Mozambique) luego de un vuelo de cuatro horas fue única.
Llegué a un aeropuerto pequeño, amontonado y sin pié ni cabeza… me encantó. Había cuatro filas donde claramente decía el letrero quién debía formarse en cada una: extranjeros visitantes, extranjeros residentes, Mozambicanos y Diplomáticos. La gente se cambiaba de una fila a otra, vi pasar gente que ni siquiera se detuvo con el oficial de migración y entró al país así nada más… Tardamos más de hora y media y sólo había cinco personas frente a nosotros… el trámite fue rápido y en un abrir y cerrar de ojos y maletas, estábamos en Mozambique.
Saliendo del aeropuerto un hombre vino a preguntarnos nuestro destino… la aventura empezaba: nuevo país, nuevo idioma, nuevos tiempos y espacios. Así pues a medio portugués nos hicimos entender y algo decía de que cambiaríamos carro por no sé qué… nos trepamos a su van de un hotel y nos encaminamos en aquellas calles derruidas y arenosas de Maputo. La arquitectura me recordó mucho a México… casas coloniales, calles amplias, Catedral frente a las oficinas del Ayuntamiento… bonito, pero respiraba dolor y olvido… cenizas de guerra.
Cuando llegamos al hotel del mismo logo de su van, nos hizo salir de la van y bajar nuestras cosas… ahora cambiábamos a su auto particular… resultó que su turno había terminado y nos llevaría él en su carro para ganarse unos Meticales (la moneda mozambicana) extras. Era un tipo de lo más agradable, nos platicaba sobre su familia, sobre la ciudad de Maputo y lo orgulloso que estaba del crecimiento de la misma. Hicimos las preguntas básicas, de quien llega a un lugar donde NO TIENE IDEA de lo que le espera.
Así pues llegamos a la casa de Machava (una comunidad cercana a Maputo, donde están las oficinas de la organización), ahí viven algunos voluntarios y es el punto de partida y llegada de TODOS. El que llega pasa por ahí… y el que va de salida también.
Estuvimos ahí dos días, en los que conocimos los alrededores caminando. Fuimos de ‘ride’ a Matola, una ciudad con Supermercado, que me hizo caer en la cuenta que vivir en una isla seis meses, hace que te olvides de muchas cosas…! Ahí redescubrí frutas, tipos de queso, verduras, chocolates…! Tenía TODO…
La mañana del martes 2 de Marzo, tomamos una ‘Chapa’ rumbo a Inhambane (que está aprox a 420kms de Maputo), donde la segunda parte de la aventura comenzaba….
Todos me dijeron que el camino sería largo, lento y tedioso… sinceramente iba preparada para esperar… y qué bueno. El camión hizo nueve horas… se descompuso tres veces, se detuvo otras 20… el tiempo acá nunca figuró. Nos hicimos amigos con todo el camión, ya era como una especie de vecindad, donde todos sabíamos todo de todos… especialmente de los blancos (tzungus), que eran la novedad. En esas nueve horas vi de todo… algo que me impresionó, fue que en cada parada: se aproximaban decenas de vendedores ambulantes de todas las edades a las ventanas de la ‘Chapa’ a vendernos prácticamente de TODO… había desde plátanos, castañas, verduras, refrescos, hasta joyería, cuchillos, ropa… TODO… niños, jóvenes, mujeres con niños colgados de sus capulanas (aquél ‘rebozo’ africano que usan las mujeres como falda, manta, cargan a sus niños y se sientan encima de él… todas las mujeres mozambicanas traen capulana –y son BELLISIMAS!!).
Llegamos a Inhambane. Es una provincia en península… algo así como la de Yucatán, aunque con algunas diferencias…! La ciudad capital es Inhambane y personalmente: me encanta! Es como una especie de pueblo entre colonial con vistas preciosas y mucha vegetación. Tenemos varios puertos, el más grande es a Maxixe, una ciudad económicamente creciente a la que se llega en un mini ferry, y que pertenece a la masa grande del país.
Mi ahora jefe nos estaba esperando y nos trajo a Chamane, la comunidad donde vivo. Aquí están las instalaciones del proyecto. Estamos a 10 minutos de Inhambane (capital). Aquí en Chamane tenemos dos tienditas con TODO lo esencial, una iglesia católica y varias de otras ramas cristianas… y una más tradicional, de tambores que suenan cada tercer día por las noches.
Vivo en una casa bastante bien acondicionada, con luz eléctrica (que se va varias veces por día… aquí la electricidad es de prepago, como los celulares…!). Un baño a 20 mts de la casa con agua entubada (que también se va varias veces al día…), un refrigerador y una estufita de gas que nos saca del apuro. Vivo con otras cuatro voluntarias por ahora. Mi compañera (brasileña) de cuarto desde San Vicente (que por bendición sigue siéndolo), una doña austriaca y una chica de Holanda que se van en dos semanas y una alemana que se queda por seis meses, y está en el proyecto de Escuela de Profesores del Futuro (donde formamos maestros para las comunidades).
Como bastante bien, estoy feliz y con mucho ánimo de comenzar este nuevo episodio. No he tomado fotos porque así me ha parecido bien. Ya que logre desempacar mi cámara les comparto un poco más de este mundo.
Por ahora les abrazo y les deseo mucha Vida.

jueves, 11 de marzo de 2010

África...

Aquí estoy. No hay mucho que pueda decir todavía... Creo que mi silencio lesdicho ya... Sólo quiero que sepan que estoy aquí... Llegué bien, FELIZ...

Aún no consigo asimilar lo que mis ojos ven, lo que mi corazón siente...

Sólo estoy aquí... Y observo...

Tengo, como ya se habrán dado cuenta, muy poco acceso a internet. Estoy trabajando en eso, para que los encuentros sean por lo menos dos veces al mes.

Gracias por sus correos y comentarios, gracias por sus buenos deseos y las vibras positivas que todos los días me llegan.

Les mando un suspiro del alma, desde la península de Inhambane... Un rincón de arena y sol, lleno de sonrisas Mozambicanas... Lleno de caminos perfectos para andar A PIE.

Mucha paz a todos.