Resulta que hoy entré en conflicto... esto de prepararse para viajar lo puede meter a uno en conflictos. Sobre todo a la hora de empacar... y es que cómo acomodas en una maleta -o dos- tus memorias, tus sueños, tus anhelos, esas cosas que te hacen ser, los momentos que te redefinen y te hacen crecer... Dónde meto a mis amigos, a mi familia, las lunas y las tardes... Mi raiz, mi dignidad, la herencia de un pueblo, las ganas de abrazar... las sonrisas! uff, las sonrisas.
Y luego vienen esas otras cosas, como ropa y accesorios para mil y un eventos que uno predice pero que el Viento se encarga de acomodar. Y lo que realmente me metió en una bronca fuerte... fueron ¡los libros! ¿cuál me llevo? ¿cuál dejo? ¡pesan mucho! tengo cientos de libros que preferiría llevar en vez de ropa y telas mosquiteras (por aquello de la Malaria); sin embargo traté de serenarme y escoger solo un par. Escoger...
Bueno no les voy a platicar cuál va pues sigo en eso... lo que sí sé es que hay uno que ya abracé en mi corazón y que con el dolor de mi alma se queda: "El libro de los abrazos" de Eduardo Galeano. Pero, ¡me sigue doliendo! así que en honor a este maravilloso libro (y por supuesto a su autor) les comparto dos fragmentos -que también tuve que escoger con mucho cuidado y conflicto-.
¡Abrazos y sonrisas para todos!
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