jueves, 21 de enero de 2010

A un mes de África...

Ahora las cosas han cambiado en el programa. África está a la vuelta de la esquina... Hay muchas cosas qué preparar: desde presentaciones, vacunas, visas, más investigación, más leer, más escribir, más preparar... Y en medio de la bola de cosas, en medio incluso de mis locuras, de cambio de look y de nuevas aventuras... me da nostalgia.
Trato de vivir el momento, como los últimos cinco meses... y es lindo y es maravilloso; pero no puedo dejar de pensar en que pronto me voy.
Y eso remueve mucho. Me doy cuenta cuántas raíces he echado en este país. Cuánto bien me ha hecho estar aquí... cuán agradecida estoy con la Vida porque de nuevo me llenó de puras bendiciones... gente increíble, abrazos sinceros, sabrosura y sin sabores... todo en el paraíso.
Amo esta isla, amo su dignidad, su fiesta, su sonrisa, su alegría... Amo sus sabores fuertes y amargos, su historia de dolor y su esperanza, amo su fervor...
Dice el Güero que estar agradecido es el estado perfecto, el estado por excelencia... hoy pues estoy así, con el corazón apachurrado de TANTO, pero con un agardecimiento que sobrepasa mi nostalgia y me anima a seguir.
San Vicente me ha puesto en la Tierra, me ha preparado, me ha recordado lo maravilloso que es Ser y Estar... Me ha regalado encuentros únicos, me ha hecho reconocerme, me ha hecho olvidarme de los colores y ver más allá... me ha hecho amarme más... me ha hecho despertar y volar.
¡Viva el Caribe! ¡Viva la Magia que esconden la arena y la sal, las palmeras y los cocos...! ¡Viva la gente que ha vencido la exclavitud desde su corazón, que ha vencido a la colonia y que se planta firme para luego bailar...! ¡Viva...!
Y Viva la Vida que me quiere tanto, y me mandó a tocar y a sentir junto con ellos... a pie.

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